lunes, 3 de octubre de 2016

Cuestión de tiempo

Franz Kafka

Es ya legendaria la extraordinaria capacidad de algunos narradores para escribir sus relatos en poco tiempo sin necesidad, además, de excesivas correcciones, reescrituras, puntualizaciones ni precisiones de estilo. Por poner un ejemplo, recordemos que Franz Kafka escribió La condena (Das Urteil), con unos medios -imagino- precarios, en la noche del 22 al 23 de septiembre de 1912. Aproximadamente, el mismo tiempo que yo he empleado en escribir esta entrada.

8 comentarios:

  1. Me río...Pues sí, la rapidez con que resuelven esos escritores es admirable, sin dudas. Yo soy una narradora lenta, si te consuela. Pero qué más da, escribir textos interesantes es lo que importa, no el tiempo empleado en ellos. Por mi parte, no sé si te ocurre lo mismo, escribir de madrugada, durante el desvelo, me reporta mucha satisfacción, son líneas más queridas, como la última entrada del lápiz.
    Un abrazo.

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    1. A veces, darle vueltas a un texto complica las cosas. Si lo dejas descansar un tiempo, puede que regreses a la versión inicial. Son manías de escritores. Un abrazo

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  2. Me fascina estos escritores donde rompen el tópico del medio de elaboración de una obra. Son muchos los escritores que dicen inflados de vanidad que cierta obra les llevó no sé cuántos años; luego la lees y te dices que no es para tanto. Pienso ahora en Curtis Garlan (Juan Gallardo Muñoz)que llegó a escribir más de dos mil novelas. Escribía una novela en un par de días. O Georges Simenon, con más de mil y encima con profundidad psicológica, o Lovecraft que se dice que llegó a escribir más de cien mil cartas (todas a mano). Hoy a uno no le llega ni un triste email de un amigo; no obstante, están todo el día enviando twitters que no dicen nada.

    Un abrazo.

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  3. Ni el tiempo ni el tamaño importa, vamos a quedarnos con el contenido.

    Besos

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    1. Lo bueno, si breve, dos veces bueno... ese es mi lema y creo el de mucho narradores. Besos

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